Es un texto sobre cómo uno cree que cuando ya ha reconocido que una actitud, una manera de hacer las cosas o un hábito le daña, el cambio se da fácilmente y de manera directa: “Ya sé lo que no me conviene, así que voy y lo cambio”.
Pero… no suele ser así de fácil y cuando uno se encuentra en el “hoyo” de nuevo puede desanimarse y pensar que no está avanzando. La dificultad depende del tipo de hábito y de la persona, por supuesto. Yo me incluyo en el grupo de los que nos cuesta.
El caso es que mi explicación fue un poco confusa. Dije algo así como: “Es una persona que baja por la calle, se cae en un hoyo y luego… bueno…sale… y…luego ya no se cae”. Así que me decidí a crear una infografía después de leer este post de Victor Martín, porque una imagen vale más que mil palabras.
Lo he hecho por mí, porque ahora sí recordaré el poema y también como recordatorio para que confíes en ti y en el proceso cuando las cosas se pongan oscuras.
Gracias a la autora del poema, Portia Nelson por la hermosa historia.
Gracias Cris
Buenísima aportación. Me viene de maravilla en estos momentos. Aunque sigo en el paso 2
Un abrazo
Qué bien, me alegro Mar que te venga bien en este momento. Si te das cuenta de que estás en el paso 2 estás a punto de estar en el paso 3 🙂
Un beso.
Cris