Tengo presente a la muerte desde hace ya bastante tiempo. La he admirado (tuve mi etapa gótica, con levitas negras y esas cosas), investigado desde la filosofía y retado de manera muy inconsciente (salté de aviones durante 10 años).

Y también me da miedo, claro. Si vinieras a mi casa encontrarías unos cuantos libros sobre ella en las estanterías.

Pero resulta que ahora la escucho merodeando más cerca que nunca. No sólo porque hayan muerto personas conocidas, sino porque veo otras señales que la anuncian: mis arrugas, los mayores que envejecen o las enfermedades de los seres que quiero.

Aunque no lo parezca, tener a la muerte tan presente me es de mucha ayuda.

Entender que vamos a morir es ganar

Dice Claudio Naranjo en este vídeo: ” No sé si la gente se da cuenta de que se va a morir, todos nos vamos a morir, nos vamos a morir bastante pronto… No sólo nos vamos a morir nosotros sino toda la gente que conocemos (…) es una verdad. ¿Cómo es que vivimos como si no nos importara?, ¿es que lo sabemos o es que lo sabemos sólo intelectualmente, no lo sabemos emocionalmente? (…) Sabemos cosas intelectualmente pero no con todo nuestro ser, porque son demasiado grandes, demasiado profundas, demasiado indigeribles.”

Yo creo que reconocer a la muerte en el paso del tiempo, la enfermedad y el envejecer nos ayuda a entender emocionalmente, con todo nuestro ser, que vamos a morir.

Y bien, ¿ganamos algo al saberlo con tanta intensidad?. Eso parece.

Hay en Terapia Gestalt una técnica tan espantosa en apariencia como útil en realidad: imaginar tu propia muerte.

“Imagina que vas al médico, a recoger unos resultados, él te mira… y te da una mala noticia… te queda como mucho un año de vida.”

Hay distintas versiones pero el resultado suele ser el mismo: ves con claridad abrumadora lo que de verdad te importa (visitar a aquellas personas que quieres, decir lo pendiente, disfrutar lo no disfrutado…) y lo que de verdad habrías querido hacer con tu vida.

¿Qué es lo que de verdad te importa?

La experiencia anterior es para eso, para ser vivida, aquí no puedo más que explicarla.

Lo que sí quiero compartir son estas 36 actitudes ante la vida que Danielle Laporte, una coach mediática en EEUU, ha escrito en este post. Algunas ya me sonaban y al recordarlas me he dicho: “Vamos, sigue haciendo lo que te importa, incluso las cosas pequeñas, quién sabe si la muerte está a la vuelta de la esquina.” Esto significa para mí honrar la vida.

Así pues te las dejo aquí por si te recuerdan a las tuyas. La vida es corta (ya sabes) y aún estamos vivos.