Era de Mercedes Maidana, una coach a quien sigo desde hace tiempo y que me cae genial. El correo era sobre su último artículo. Me hace gracia cómo coincidimos en cosas personales que cuenta o en cómo enfoca la vida.
Esta vez era algo parecido: hablaba sobre un año horrible en el que se había separado y tenido un accidente haciendo surf; cuando la tabla le golpeó muy fuerte en la cabeza.
Decía además que se había tomado un tiempo sin escribir para ver por dónde iba su negocio y su servicio de coaching.
Bang.
Yo también estoy parada y he tenido cambios
Lo mismo que me está pasando a mí – pensé.
Llevo tiempo sin escribir, me he separado tras 10 años de estar con mi pareja y por suerte no he tenido ningún accidente, pero algunos síntomas físicos me han estado molestando.
Intrigada, seguí leyendo a Mercedes para ver a qué conclusión llegaba.
Resulta que ha decido dejar más de lado el coaching y dedicarse a escribir libros y surfear. Simple, ¿no?
Pero bueno, a lo que iba. Me quedé pensando en que algo parecido me está pasando a mí. Empecé escribiendo un artículo cada semana y acabé con uno mensual. Después se espaciaron cada vez más… y ahora hace tiempo que no escribo. En parte llevaba tiempo sintiendo un poco de pena, porque era un proyecto que me gustaba, y también estaba siendo dura conmigo misma por haberlo abandonado.
Entonces, ¿Qué es lo que quiero yo? – me preguntaba. Ya no tengo el impulso de escribir cada mes ni las ganas de hablar sobre la terapia o responder a preguntas que me hacen los lectores del blog.
Mercedes quiere escribir libros y surfear. ¿Qué quiero yo hacer con este blog?
Por suerte tengo clarísimo que me encanta trabajar con las personas y su mundo interno; por eso dejé mi trabajo de secretaria de dirección y aposté por la psicoterapia.
Ya, pero entonces, de verdad ¿Qué es lo que quiero hacer con este blog?
Y la respuesta es: no lo sé.
Al contrario que Mercedes no tengo una respuesta. Sé que quiero seguir en contacto con vosotros, los que me seguís por la web y los que formáis parte de mi newsletter desde hace mucho tiempo o pocos días.
Sé que añoro compartir.
Pero sobre qué escribir, o con cuánta frecuencia no lo sé… incluso dudo de si quiero escribir o si quiero pasar a otro formato como grabar audios o diapositivas.
Podía haberme dado rabia no tener la respuesta.
Y me la dio, para qué te voy a mentir.
Pero sólo un poco.
Porque entonces cobró sentido algo que llevo tiempo escuchando y que hasta ahora no había entendido:
Justo hace tres días me encontré con este poema de Rainer María Rilke:
que todavía no está resuelto en tu corazón.
Trata de amar las preguntas como si fuesen habitaciones cerradas
o libros escritos en un idioma extraño.
No busques ahora las respuestas,
no te pueden ser dadas
(…) Vive las preguntas y tal vez, después,
poco a poco y sin darte cuenta,
un día lejano vivirás la respuesta.“
No creo que aún pueda amar la pregunta tal cual… aún quiero saber y me levanto con ideas que no llego a poner en práctica.
Pero es cierto que algo está cambiando. Porque esta mañana he salido de la cama, he recogido la casa, me he hecho un Yogi Tea y me he sentado en el sofá, con mi ordenador negro a escribir este post.
Mientras tanto sigo aquí, sosteniendo mi pregunta.
Si estás en algo parecido te mando un poco de esto, de amor a la pregunta. Sostente, como un barco de vela en calma chicha. En algún momento empezaremos a navegar.
Much love,
Gracias, Cristina. Debemos sostener la pregunta, aunque esperemos com impaciencia la respuesta.
Vivamos, pues, la pregunta, que nos es dada hoy.
Gracias por ese estupendo poema de Rilke.
Susanna
Es bonito el poema de Rilke, ¿verdad? A mí también me inspiró. Gracias a ti por leer y comentar.
¡Cristina! He echado de menos saber de ti durante todo este tiempo.
¡Buenísimo el artículo! Al menos a mí me ha venido de perlas, porque estoy teniendo pensamientos similares a los tuyos. Verás: hace un par de meses creé una página, pero me da un palo tremendo terminarla, darle publicidad o escribir artículos. ¿El motivo? Cambié de vida porque quiero hacer cada día lo que me plazca, y la idea de tener la obligación, aunque sea autoimpuesta, de escribir regularmente, no me gusta. Como me van saliendo bastantes clientes por el boca a boca, y como estoy totalmente satisfecho en todos los aspectos de mi vida, no encuentro momento en el día, ni en la semana, ni en el mes para ponerme con la página.
Así que mi dilema es que por un lado sé que con la página puedo ayudar a más gente, muchísima más gente, a crear su vida ideal. Pero por otro lado, si lo hago mi vida dejará de ser ideal, porque me estaré forzando a hacer algo que no me apetece especialmente.
Y tu artículo, de nuevo, da en el clavo: ¡Disfruta del dilema, Javi! Jajaja, eres muy buena.
Que disfrutes mucho con tu dilema. Algún día nos dirás qué pasó, confío. Entonces te contaré yo también qué hice.
Besos grandes,
Javier
¡Hola Javier!
Mira por donde otra sincronicidad… 🙂
¡Qué bien que estés dedicándote a lo que te gusta y que con los otros aspectos de tu vida estés contento!
Mira, con esto de la página tu sabrás mejor que nadie si te motiva lo suficiente, si te es fácil y agradable… Puede haber tantos matices para elegir hacerlo o no hacerlo… Te iba a dar algún consejo pero me parece inútil. Yo los he recibido y, aunque a veces parecía que me habían servido, al cabo de un tiempo he vuelto a estar en el mismo lugar. Es algo más profundo, aunque parezca trivial, esto de escribir o no.
¡Parece que estaremos amando la pregunta hasta ver que pasa!
Ya me verás por aquí, con artículos o cursos o pensamientos. A no ser que me vaya a las montañas a criar ovejas, ya lo he dicho 🙂
Un abrazo grande
Cris
Me he leído todo el artículo Cris y me ha encantado el poema. Y por qué el poema dice, al final, que ya llegarán las respuestas?
Pués, eso. Ya llegarán!
Un fuerte abrazo!
Nos vemos pronto!
Carme
Per cert, puc compartir el poema, al facebook…?
Hola Carme,
Qué sorpresa leerte por aquí :). Sí, ¡claro que puedes compartirlo al fb!. Un beso y hasta pronto.