Hace años, cuando trabajaba como coordinadora de producción en publicidad, una persona me dijo algo que no me gustó.

Estábamos en el campo, preparándonos para rodar el anuncio de un coche. Yo estaba trabajando dentro de una caravana, organizando la agenda del día sin levantar la vista del ordenador. Afuera, mientras tanto, los chicos encargados de la maquinaria luchaban para arreglar un remolque.

En ese momento, uno de los productores, un hombre tranquilo que ya llevaba varios años en el mundo del cine, se me acercó y me dijo: “Eres muy buena organizando y solucionando problemas, pero me gustaría que salieras de tu caravana y te relacionaras más con los otros equipos. Creo que te iría mucho mejor”.

¡Bum! Ese comentario me llegó dentro.

Para ser honestos, me fastidió mucho. ¿Qué sabía ese hombre sobre la cantidad de asuntos que tenía que gestionar al ordenador? ¿Acaso me pagaban para hacer de relaciones públicas?

Durante días no dejé de pensar en ello, cuestionándome si realmente servía para hacer ese trabajo.

Te cuento esto porque es muy común darle vueltas a las cosas dentro de tu cabeza, cuando alguien dice de ti algo que no te gusta. A veces son tu pareja o tus amigos quienes critican tu forma de ser, o tu jefe te dice que tienes que mejorar algún aspecto de tu trabajo. Seguro que te ha pasado en algún momento.

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Gente del equipo de rodaje esperando para la siguiente toma. Conocía a algunos, pero a otros no.

Puedes ignorarlo o usarlo para sentirte mejor

Algunas personas ignoran totalmente estos comentarios. No siempre es lo mejor porque, incluso si la crítica no es del todo acertada, de ese modo se pierde la oportunidad de crecer más allá del ego.

Otras personas dan vueltas y vueltas sobre las críticas, sin encontrar más salida que el enfado o la preocupación. Si esto te pasa a ti no te preocupes, porque estas situaciones te servirán como trampolín para sentirte mejor contigo mismo.

En este artículo te explico una forma de lograrlo: es un método que uso conmigo misma y que también comparto con mis clientes.

Pero antes de hacerlo es mejor que tengas algunos detalles en cuenta.

¿Quién te critica? ¿Una o varias personas? ¿Tu amigo o tu enemigo? Estate muy atento

Es importante que diferencies si el comentario proviene de una o de varias personas.

Piénsalo de esta forma: si te miras en un espejo y ves que tienes la piel amarilla, podría ser que el espejo sea viejo o que tengas mala iluminación. Pero si te miras en varios espejos y sigues viendo el mismo tono en tu cara, ¿no crees que es el momento de ir al médico? Quizá no sea grave, pero más vale asegurarse.

Esto significa que, cuando varias personas nos han criticado o señalado un rasgo determinado de nuestro carácter, es probable que estén en lo cierto.

Por el contrario, si el comentario es de una sola persona (o de un grupo que actúa como una sola persona), se podría dudar más de esa opinión, porque depende mucho de la intención de quien lo dice y de su capacidad para percibir a los demás de una forma realista.

Cuando el productor del anuncio se dirigió a mí, tuve en cuenta su comentario a pesar de que me sentó mal. Confiaba en él en muchos sentidos y sabía que su intención era ayudarme a mejorar como profesional.

Si la crítica proviene de alguien que quiere hacerte daño o manipularte, debes cuestionarla y tener cuidado. Algunas personas maltratan psicológicamente a los demás machacándolos continuamente, con o sin razón. Otras personas usan la crítica para que hagas o dejes de hacer algo. Eso también es una manipulación y debes estar atento.

Una crítica es útil cuando proviene de alguien en quien puedes confiar por su intención o por su capacidad para percibirte correctamente. También es útil si te llega de varias y diferentes personas.

Si le das vueltas es probable que tú también estés de acuerdo con la crítica

Si la crítica procede de alguien confiable o de varias personas y tú no dejas de darle vueltas, pregúntate: “¿Qué pienso yo realmente?”.

Por lo general hay una parte de nosotros, aunque sea pequeña, que está de acuerdo con la crítica. Lo que ocurre en estos casos es que nos incomoda ver esos rasgos en nosotros, y no sabemos qué hacer con ellos.

Ya te lo he dicho: puedes justificarte de muchas formas o aceptar los comentarios y tomarlos como una oportunidad para crecer. Si has llegado hasta aquí, entonces eres de estos últimos.

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Parte 1 del método: Acéptate como ser humano y recuerda quién eres

El primer paso para tranquilizar tu mente es reconocer que duele sentirse criticado, ¿verdad? Sencillamente es así: duele, y punto. Este es el momento de reconocer lo que te está pasando y dar espacio a lo que estás sintiendo, sin juzgarte.

Además, ¿quiénes de nosotros no hemos sido criticados y nos hemos sentido mal por ello? No te ha pasado solo a ti. Es inevitable porque forma parte de la experiencia humana, del hecho de ser humanos.

Si ya has llegado conmigo a este punto, ten en cuenta estos dos pensamientos. Para mí son muy tranquilizadores:

1. Los seres humanos estamos hechos de “partes”

No somos tímidos o inteligentes, sin más matices. Las etiquetas no nos definen como personas, porque somos muchas cosas a la vez. Cuando veas algo en ti que no te gusta recuerda que sólo es un fragmento de ti; tienes muchas otras partes valiosas. Somos más complejos que un rasgo de carácter o una forma de comportarnos.

2. Estamos en constante evolución

No nacemos de una manera y nos quedamos así “para siempre”. Podemos afrontar retos, aprender y cambiar nuestras tendencias de carácter: No “somos” de una forma, poseemos una capacidad natural de evolucionar mucho más grande de lo que intuimos.

Parte 2 del método: Responde a algunas preguntas

Una vez que hayas aceptado la crítica puedes hacerte preguntas para entenderte mejor.

Cuando yo me equivoco o he hecho algo con lo que yo misma no estoy de acuerdo, hacerme preguntas me ayuda a aprender y a encontrar el lado positivo de la experiencia.

Estas son algunas de ellas. Elige las que mejor se adapten a tu situación:

  • Eso que han criticado de mí… ¿Para qué lo hago? O dicho de otra manera: ¿Qué gano con ello?
  • ¿Qué estoy evitando?
  • ¿Me ha pasado esto mismo o algo parecido en otras ocasiones? Si es así, ¿lo he manejado bien? ¿Y cómo lo hice?
  • ¿Cómo puedo usar esta experiencia a mi favor para aprender o recordar algo importante para mí?
  • ¿Qué debería tener en cuenta la próxima vez que esté en una situación parecida?
Cuando aquel hombre me dio su opinión sobre mi forma de trabajar no pude profundizar mucho porque aún no tenía herramientas para conocerme bien, pero sí pude darme cuenta de lo que me pasaba: había una parte de mí que se sentía insegura trabajando con personas desconocidas.

No cambié mucho esos días, la verdad, pero aprendí algo que apliqué en los siguientes trabajos que tuve. Comencé a valorar más mi forma de ser y, por tanto, gané seguridad. A partir de ahí, trabajar con desconocidos fue cada vez más fácil.

Algunas veces la única manera de poder entender por qué nos portamos de una manera concreta es a través de un proceso de psicoterapia, porque las razones profundas casi siempre provienen de la infancia. Pero incluso si este es tu caso, estoy segura de que, si pones en práctica este método, la próxima vez que te llegue una crítica te podrás sentir mejor.

Recuerda: Acepta lo que sientes (es parte de la experiencia humana), hazte preguntas para conocerte mejor, y no olvides que eres un ser en constante evolución, capaz de lograr cambios profundos y llegar muy lejos.

Y ahora dime: ¿Piensas que se puede aprender de una crítica? ¿Hasta qué punto crees que podemos cambiar o evolucionar? Me encantará saber tu opinión en los comentarios, más abajo.

Con cariño,

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