Seguro que conoces a alguien que se queja por costumbre.

Por ejemplo una amiga que se lamenta de nuevo porque su chico no hace las cosas como a ella le gustaría. O tu compañero de oficina que se te acerca para quejarse otra vez del montón de trabajo que tiene.

O vas a ver a tu madre y se pasa la comida criticando a tu hermano porque no la llama.

Te das cuenta de que estás harto de escuchar a esa persona; ya le has dicho muchas veces lo que tú harías en su lugar… ¡o realmente no sabes cuál es la solución! Y si le explicas que estás cansado de que te cuente siempre lo mismo temes que se lo tome a mal.

En este artículo verás qué puedes hacer tú en esta situación.

Antes que nada: me refiero a la queja por sistema; no cuando esa persona tiene un problema o pasa por un momento difícil y sencillamente lo comparte; aquí es más fácil escuchar y acompañar de corazón, ¿no? Por lo menos para mí sí lo es.

Te confieso que ya tenía muchas ganas de hablarte de esto, porque años llevo fijándome en cómo nos quejamos… y yo también he estado ahí, haciéndolo como la que más.

Entonces, vamos al grano.

¿Qué puedes hacer con alguien que se queja?

1. Dejarle que lo haga

¡Empezamos bien! – dirás.

Creo que todos podemos quejarnos un poquito. Muchas veces ponerle palabras a lo que nos molesta sirve para darnos cuenta de lo que nos pasa.

Para mí está bien escuchar una confidencia, un desahogo, un rato para que el otro se sacuda la incomodidad compartiéndola. Después, si la queja se repite, puedes…

2. Decírselo, ¡claro!

Bueno, no tan claro… No es fácil confrontar esto, así que lo que te ayudará a hacerlo es entender primero algo importante:

La persona que se queja se pone en posición de víctima frente a las circunstancias (yo estoy mal, la culpa la tienen los otros) y esto tiene sus ventajas: si la culpa es de los demás o de las circunstancias evito hacerme responsable de la parte que me toca.

Hacerte responsable quiere decir asumir que hay una parte sobre la que sí puedes actuar.

Por ejemplo: si te quejas de que tu jefa te pasa más y más trabajo hay algo que tú puedes hacer, ¿Qué tal explicarle cómo te afecta y pedirle que te aligere la carga?

Pero eso tiene riesgos: que te diga que no, te mire con malos ojos o te vea como a una persona débil.

Ponernos como víctima y quejarnos en vez de actuar evita los riesgos, nos permite mantener nuestra buena imagen y además conseguimos que los demás nos presten mucha atención.
¿Por qué te cuento esto?

Porque es importante intentar entender al otro antes de confrontarle; despierta nuestra parte más compasiva. Al hablar desde ahí la otra persona lo recibirá mejor y tú también te sentirás mejor.

Después puedes probar a decir algo como…

“Entiendo que lo que te pasa es incómodo y que lo estés pasando mal. Y a la vez me siento impotente porque no puedo hacer nada por ti.

Quizás hay algo que tú sí puedes hacer para salir de tu situación, cambiarla o tener alguna influencia para que se suavice. Igual el problema no se arregla del todo o el resultado no es el que tu esperas, pero es mucho más probable que algo cambie si tu actúas que si no lo haces.

Si no hay nada que este en tu mano acepta que las cosas son como son, no como nos gustaría que fueran, y que a veces no podemos hacer nada para cambiarlas.”

Y ya está. No tienes que hacer nada más ni salvar a la persona de su sufrimiento. Está bien así. Cada persona tiene su aprendizaje; quién sabe lo que cada uno necesita en su camino.

En el próximo artículo te contaré otra cosa sobre la queja en la que quizás no habías pensado, esta vez tiene que ver contigo.


Ahora tengo una pregunta para ti:

¿Conoces a alguien que se queja como rutina? ¿Has hecho o le has dicho algo que te ha ayudado a ti o a él/ella?

Cuéntamelo abajo, en los comentarios, así todos podemos aprender de ti y de tu experiencia… y me gustará saberlo.

Como siempre, gracias por leerme y que estés muy bien.

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Cristina Enjuto
Trabajo en sesiones de psicoterapia con personas que buscan tomar una dirección a nivel personal y sentirse más seguras, tranquilas y capaces de lograr sus objetivos.
Soy terapeuta Gestalt, Master-Trainer en PNL y estoy formada en Psicoterapia Integrativa en el programa SAT de Claudio Naranjo. ¿Quieres saber cómo puedo ayudarte? Visita la pestaña "Servicios".